Por todos es sabido la influencia que nuestro satélite ejerce sobre las mareas,pero también (y aunque muchas de estas afirmaciones carezcan de base científica) a través de los siglos, se nos ha transmitido de generación en generación la importancia que la luna ejerce en todos los ciclos de la naturaleza, como la menstruación de la mujer, el crecimiento de las plantas, la pesca, la recolección de frutos y hierbas e incluso en el carácter de los seres vivos (los famosos lunáticos)
En los mitos y leyendas de la antigüedad, la luna, que era representada por una deidad femenina, simbolizaba la fertilidad y la fecundidad tanto de los seres vivos como de la tierra, su ciclo representaba el ciclo eterno de la naturaleza (nace,crece,alcanza su plenitud y muere, y así eternamente) y este ciclo era respetado hasta el punto de regir las actividades cotidianas según sus diferentes fases.
También debido a su alto valor simbólico y religioso, las fases de la luna, presidían los rituales de muchas y diversas culturas del mundo.
El tiempo se medía en lunas, un ciclo completo venía a ser lo que un mes en la actualidad. De hecho a un ciclo de fases completo, desde un novilunio, hasta el siguiente, que dura exactamente 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2;9 segundos, se le denomina mes sinódico. Esta definición era la representación de mes más práctica para nosotros. Algunas de las influencias más comunes y conocidas de estos ciclos en la naturaleza son las asociadas a los cultivos, a la menstruación, embarazo y parto y por supuesto, a las mareas.
En los cultivos: Para cultivar según las fases de la luna solo hay que seguir los ciclos guiándose por la lógica, es decir, si la luna nueva y la creciente, representan justamente éso, el crecimiento y la fertilidad será el momento de sembrar, plantar (sobretodo las plantas que crecen bajo tierra para estimular su crecimiento) y etc...por el contrario, en caso de luna llena o menguante, será el momento de recolectar, podar, escardar la mala hierba, plantar las plantas que crecen hacia arriba (para ralentizar su crecimiento y de esta forma no espiguen) y todo lo relacionado con el fin del ciclo y la renovación.
Menstruación, embarazo y parto: Quizás no haya representación más directa del ciclo lunar en la naturaleza, que la menstruación de la mujer. Básicamente, el ciclo es idéntico. Las diferentes fases de la menstruación son exactamente las de los ciclos lunares (nueva, creciente, llena y menguante) y durante el mismo período de tiempo. Los ciclos naturales de la mujer varían a lo largo de su vida entre las diferentes fases lunares, pero por norma general, siempre oscilan entre los dos ciclos principales que se denominan de la luna roja (ovulación en luna nueva y menstruación en luna llena) y de la luna blanca (viceversa) , esto es así siempre y cuando el ciclo de la mujer siga sus ritmos biológicos normales sin alterarlos con píldoras hormonales.
Cuando una mujer se queda embarazada, su gestación (siempre por norma general, ya que, obviamente siempre hay excepciones) dura habitualmente 10 meses lunares completos (de ahí los nueves meses de nuestro calendario actual) siendo más que probable que la fecha del parto coincida con un cambio de fase lunar que con nuestras cuentas matemáticas precalculadas.
Hay varias comadronas que afirman (basándose en la observación y la estadística) que las fases del ciclo lunar influyen en el tipo de parto y en su desarrollo, así los partos que se produjeran en luna nueva o creciente serían más sencillos y rápidos que los que se produjeran en llena o menguante, más dificultosos y dados a las complicaciones.
En las mareas: Las mareas se rigen por la atracción gravitatoria del satélite lunar en la tierra, esta atracción es la que determina que el caudal del agua ascienda o descienda, según la fase del ciclo en la que se encuentre. Esto es por que, dependiendo de la posición en la que se haye la luna, la atracción que ejerce en la tierra será mayor o menor. Debido a esto decimos que hay mareas vivas en luna llena o nueva (mayor atracción) y en los cuartos las denominamos mareas muertas (menor atracción)
Hay infinidad de casos más en los que la influencia de los ciclos se hace patente, y es que, con base científica o sin ella, merece la pena volver la vista al cielo, como hicieron nuestros antepasados a lo largo de tantos siglos y pararnos a observar hasta qué punto todos los seres vivos nos regimos por las mismas normas, las que la naturaleza nos dicta.
Salud y suerte¡¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario